Es una banda
de heavy metal fundada a mediados de 1979 por el bajista y vocalista Ricardo
Iorio y su tocayo de apellido Moreno (guitarra), ambos con una particular
afinidad por lo extraño. El nombre V8 (motor de auto de 8 pistones) fue
escogido porque sugería velocidad, potencia y peso. Recién en julio del año
siguiente con Gerardo Osemberg en batería se da su debut nocturno en el club
Sahores, en tiempos que se vivía con
estado de sitio declarado por la dictadura con lo cual eran pocos los que
podían trasladarse al centro de la ciudad y aun quedarse hasta tarde. Tiempos
en que se caminaba por las calles adyacentes a las avenidas porque se corría
riesgo de ser encarcelado e incluso “desaparecer”.
El 20 de abril
de 1982, a
casi tres semanas del comienzo de la
Guerra de Malvinas, ingresa a estudio la formación que grabaría
en 6 horas un demo de 7 temas: Ricardo Iorio (bajo), Alberto Zamarbide (voz),
Gustavo Rowek (batería) y Osvaldo Civile (guitarra). Los padres de este último
eran directores de una de las filiales del culto espiritista “Escuela Científica Basilio”, por lo que
Iorio comenzó a ilustrarse con el material literario que estos le proveían. Al
ser una de las primeras bandas nacionales en este género debió compartir
escenario con punks, con quienes tendrían más comunión que con un grupo folk,
jazzero o stone.
En septiembre Zamarbide invita a “Pappo”, líder de
Riff, a presenciar un ensayo de la banda, quien gratamente sorprendido
interviene para que se presenten dos meses más tarde en el club Obras Sanitarias
en el marco del “B.A. Rock 82” .
El paquete publicitario de este festival incluía una nota gráfica y una
presentación por televisión, en la cual cómicamente Iorio deja de tocar por un
momento el bajo durante el playback porque se le zafa la correa. Además, a
fines de octubre en un hotel se hizo una fiesta en honor a los músicos del
festival que transcurrió en ausencia de V8 porque cuando estaban por entrar son
“casualmente” detenidos por policías vestidos de civil y demorados en una
seccional por más de dos horas.
Luego de la promoción del festival bajo el triste
slogan “Bienvenido rock, adiós
a la pálida”, llegó el día y comenzaron los recitales mientras a dos
cuadras estaba en pleno funcionamiento el centro de tortura de la ESMA. Así suben al
escenario y se encuentran con una mayoría hippie (saltimbanquis snobs) que
adoptaba más la moda que la protesta social y para quienes, acostumbrados a
Piero tirando claveles, esta banda ruidosa de sonido deplorable (mala
operación) fue demasiado. En consecuencia, comenzaron a volar naranjas, pedazos
de pizza y botellas entre tanto Iorio insultaba y Zamarbide incitaba a pelear a
un enfurecido hippie mientras salían en directo por radio. Su representante
Pedro Leontjew, quien había filmado este recital, renuncia una semana después
debido a la falta de concentración de la banda. Asimismo en todo el resto de su
trayectoria no volvieron a contar con alguien tan honesto y fueron estafados en
innumerables ocasiones, pero claro estaba que la policía de la época no ayudaría
en estos asuntos.
Hacia marzo de 1983 firman contrato por tres discos
con Umbral, un pequeño y joven sello, grabando así el primero “Luchando por el
metal” con Norberto “Pappo” Napolitano colaborando en la guitarra del tema
“Hiena de metal”. Esta placa vendió
9000 copias en 6 meses, a pesar de recibir severas críticas en cuanto a la
calidad de su sonido. Inicialmente se iba a utilizar como contratapa
una foto en negativo de una multitud de metaleros reunida a tal efecto en las
Barrancas de Belgrano, pero la intervención policial frustró dicho proyecto y
todos fueron detenidos.
El 7 y 8 de octubre serían soporte de los españoles
de Barón Rojo en el estadio Obras Sanitarias, el grupo metálico furor de ese
entonces. Estos mismos, que estaban antes de que V8 naciera y continuaron luego
de que se disolviera, se sumarían más tarde al disco tributo “V8 No Murió”. Ya
para el 30 del mismo mes se habían previsto las elecciones democráticas, dado
que era insostenible la postura autoritaria del gobierno de facto ante el malestar
por la pérdida de 649 jóvenes en la nefasta guerra y ni que decir de los 30 mil
“desaparecidos”.
Se había instalado, en parte por la campaña
difamatoria de la prensa, la equivocada idea de que los conciertos metálicos eran un espacio
abierto donde se podía concurrir a descargar de la peor manera todo tipo de
histerias reprimidas. Así se producían incidentes muy graves que ponían en peligro la continuidad
no sólo de la banda, sino de todo el género. Ejemplo de esto es el receso de dos
años en el que se sumió Riff a partir de diciembre. “Había desaparecido una generación y eso se traducía en violencia. […] Después
de eso, todos terminamos confundidos, y en esa confusión siempre gana el
descontrol. En muchos casos, nosotros no sabíamos cómo reaccionar, el público
tampoco y la gente se agredía a sí misma. Fue como un estallido del ‘ahora
somos libres, ¿y qué hacemos?’. Cuando uno no sabe contra quién pelear, tampoco
sabe de qué manera hacerlo” (Zamarbide).
Para
agosto de 1984 ingresan a estudio y durante dos meses en el exagerado intervalo
de 300 horas graban los 8 temas de “Un paso más en la batalla”, algunos de los
cuales fueron compuestos allí mismo. Era una etapa en la que se había
profundizado el consumo de alcohol y drogas. Con la idea de que una banda se
mantiene viva através de sus presentaciones, mantuvieron un ritmo continuado de
recitales. Sin embargo, la tremenda desorganización que rodeaba al grupo,
amparada en el desgano y desinterés de Civile y Rowek, ponía todo el peso sobre
Iorio y Zamarbide.
En
enero de 1985 el grupo entró en una etapa de replegamiento, en la cual no ensayaban
y prácticamente ni se veían. Zamarbide y Rowek viajan a Brasil para presenciar
el festival Rock In Río y se encuentran allí a su ex-representante José Ben
(Vox Dei), que renunciara un mes atrás, gastando el dinero que les había estafado.
De regreso, el grupo retoma su rutina de ensayos impuntuales mientras toma
forma la idea de ir a Brasil en la búsqueda de nuevas posibilidades. En vista
de que ya se les dificultaba encontrar locaciones donde presentar su show
signado por disturbios, emprenden el viaje en marzo simultáneamente con la
salida a la venta de su disco “Un paso más en la batalla”.
En
un país donde todo estaba por hacer, V8 debía empezar desde abajo y esto representaba
un desafío que ni Civile ni Rowek estaban dispuestos a afrontar. En Sao Paulo a
través de una disquería les llega una oferta para presentarse dos meses más
tarde en un estadio de futbol pero, ante la falta de fondos y la intolerable
convivencia durante un par de semanas en el departamento, Iorio y Zamarbide
deciden sin mediar palabra con los otros dos volver al país para reformar la
alineación de la banda antes de la presentación. Ya de vuelta, el panorama se
les presentó adverso, lo que refreno sus ímpetus y desistieron. Rowek
permaneció ocho meses preso en aquel país por problemas relacionados con
drogas.
Con
la idea de mostrar una evolución que a las claras justificara el cambio
adoptado deciden poner dos guitarras en escena. En julio incorporan a Miguel
Roldán (guitarra), Walter Giardino (guitarra) y Gustavo Andino (batería),
avocándose a ensayar y conceder entrevistas. Así luego de siete meses de
inactividad en un año económicamente muy difícil se presentan hacia septiembre.
Tres meses después deciden prescindir de Giardino y el puesto que este ocupaba (piñas
mediante) y la batería pasaría a manos de Adrián Cenci. A fines de diciembre
trascenderían por primera vez la provincia para presentarse en la ciudad de
Rosario, Santa Fe.
Roldan, responsable de mantener a su numerosa familia, tenía
graves problemas económicos y ni
siquiera contaba con su propio instrumento. Y Zamarbide había tocado fondo en
una época donde “todo el mundo se inyectaba y nadie conocía el sida”. Así ambos
en el afán de una búsqueda espiritual, en medio de un clima interno de
adicciones y descontrol comenzaron a acercarse, cada uno por su lado, a
diferentes iglesias evangélicas experimentando un cambio que los ayudo a “combatir
sus propios demonios”. Por otro lado Iorio, adepto a las compilaciones de Alan
Kardec y la
Fraternidad Espírita Argentina, asistió por un muy corto
tiempo también a la iglesia evangélica llevado por sus compañeros. Así a partir
de febrero de 1986 dejaron de lado las presentaciones y los ensayos del grupo
comenzaron a espaciarse, limitándose a una vez por semana.
Hacia septiembre, luego de volver a presentarse en
Rosario, ingresan a estudio y en un lapso de 80 horas graban los 9 temas de “El
fin de los inicuos”, obteniendo un resultado superior a sus anteriores
trabajos. Para la portada eligieron la pintura “La Tentación de San Antonio”
de Hieronymus Bosch (1460-1516).
El álbum cuenta con un magro presupuesto por parte de la compañía discográfica,
la cual decide no apoyar su lanzamiento ante la objeción de la banda a realizar
temas de carácter más “comercial”. La situación provoca la ausencia de una presentación
oficial del disco y la discontinuidad de las presentaciones en vivo.
Salvo “Trágico
Siglo”, cuyo autor es Zamarbide y el Salmo 58, extraído de la Biblia , adaptado a la
música compuesta por Roldán, el resto de los temas que integraron este disco
responden a la autoría de Iorio. Este en su calidad de autor, denuncia en “La gran ramera” el
engaño que esconde la Iglesia ,
en “Ciega ambición” la falta de posibilidades que presenta el sistema, en “El
fin de los inicuos” el egoísmo que envuelve la ambición desmedida, en “El vivo
sustento del inquisidor” retrata las imposiciones ejercidas por las
instituciones religiosas, en “Antes que los viejos reyes” la gravísima
represión que los policías llevaron a cabo enfermos de poder y en “Reina Ciega”
el rumbo que tomó la humanidad con su egoísmo.
Ya
comenzaban las diferencias en el grupo, incluso Roldán y Zamarbide censuraron
varias de las letras de Iorio para este nuevo álbum, llegando a invertir
completamente el sentido de la canción “Voy a enloquecer” que pasó a llamarse
“No Enloqueceré”. En las charlas con el público, previas a los recitales,
Roldan y Zamarbide comenzaron a transmitir sus propias creencias religiosas al
predicar el evangelismo. Incitaban a los que se acercaban a buscar su salvación
siguiendo el camino del Señor, invitándolos a concurrir al templo que ellos
frecuentaban. Los ensayos de noviembre transcurrieron signados por discusiones
y después de presentarse para diciembre en el Centro Parakultural, comienza un
año 1987 en el que no mejoraron el ritmo del anterior y solo realizaron una
decena de presentaciones en vivo. La primera termino abruptamente, la policía reprimía
con alevosía e ingresaba al boliche lanzando gases lacrimógenos debido a la
falta de habilitación municipal.
En
septiembre harían cuatro presentaciones en la ciudad de Plotier
(Neuquén) en el marco de la segunda “Fiesta del estudiante y la juventud”, con
la participación de numerosos grupos de distintas corrientes musicales. Se
presentaron ante un público conformado por más de 6.000 personas, siendo
fervorosamente recibidos por la minoría que conformaban los metálicos locales,
y de otras provincias adyacentes.
Hacia
mediados de octubre se presentarían en una locación llamada Taiwán, donde el
vocalista esbozaría frases como “gracias al Señor” entre temas, “perdónalos
Señor porque no saben lo que hacen” referido a los más borrachos de allí y,
finalmente, “loado sea el Señor” y “gloria a Jesucristo” mientras se
arrodillaba levantando los brazos. Todo esto ante la aprobación de Roldán y
Cenci y el malestar de Iorio que, desde su oposición debió soportar.
En medio
de la conmoción y la confusión general definitivamente arraigada en el público,
muchos fueron los seguidores que, tras presenciar un espectáculo con un mensaje
demasiado diferente al esperado, se sintieron defraudados y lo exteriorizaron
profiriéndole toda clase de insultos. Ya en los camarines, imperó un silencio
por demás elocuente y prácticamente sin mediar palabras, Iorio se retiró con la
convicción de que esta reveladora actuación había quebrantado irremediablemente
la afectuosa amistad que hasta entonces lo uniera a Zamarbide y sostuviera al
grupo en pie.
Luego de
una semana en la cual los integrantes de la banda no volvieron a verse, Iorio unilateralmente
rechazó una propuesta, concerniente a un par de presentaciones en México. Es
entonces que lo contacta telefónicamente Zamarbide intentando convencerlo, y ante
la insistencia se desata la tan postergada discusión. Iorio le manifiesta que
no podía permitir más que desvirtuaran el aguerrido sentimiento que había
caracterizado los inicios de V8 y lo intima a deponer su actitud
de aludir a la persona de Jesucristo en las canciones y despedir del grupo a
Miguel Roldán. Ante la negativa, Iorio disuelve la banda y años más tarde, con
José Amurin como reemplazo, la formación tomaría el nombre Logos.
El Fin de los Inicuos - Single PB (320kbps, 77&29Mb)
El Fin de los Inicuos - Single PB (320kbps, 77&29Mb)
01 - La Gran Ramera
02 - Ciega Ambición
03 - No Enloqueceré
04 - El Vivo Sustento del Inquisidor
05 - Antes Que Los Viejos Reyes
06 - Salmo Nº 58
07 - El Fin de los Inicuos
08 - Trágico Siglo
09 - Reina Ciega
COVERS (128kbps)
01 - Logos - La Gran Ramera
02 - Cruel Adicción - Ciega Ambición
03 - Almafuerte - Voy a Enloquecer
04 - Doctrina - El Vivo Sustento del Inquisidor
05 - Imperio - Antes Que Los Viejos Reyes
06 - Lázaro - Salmo Nº 58
08 - Logos - Trágico Siglo
09 - Logos - Reina Ciega
10 - La Gran Ramera (version 1986)(Bonus Track)
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